El recuerdo de los defensores
La Hermandad de Defensores de Oviedo celebró el 75.º aniversario del fin del cerco a la ciudad con una misa en la iglesia de San Francisco de Asís, situada en la plaza de la Gesta, y con la colocación de una corona de laurel en el monumento levantado en recuerdo de los caídos en el sitio de la capital asturiana. Antes del acto religioso depositaron otra corona en el monumento a Franco situado entre la plaza de España y la calle Santa Susana.
«La muerte no es el final», un himno religioso compuesto por el sacerdote vasco Cesáreo Gabaráin Azurmendi, que es entonado en las Fuerzas Armadas de España en homenaje a los que han caído prestando su servicio militar a la nación, marcó el final de la misa, poco después de que el sacerdote dejara el altar. La iglesia estaba llena.
Ya en la plaza, medio centenar de personas se congregó frente al monumento que recuerda a los defensores de Oviedo mientras un gaitero tocaba el himno nacional.
Después, el coronel Joaquín Milans del Bosch leyó una oración por los caídos en la defensa de Oviedo. «Este año para nosotros es muy especial porque conmemoramos el setenta y cinco aniversario de la liberación de Oviedo», recordó Fermín Sábada. «De tres mil doscientos hombres sólo quedábamos cuatrocientos que esperábamos morir por España, hasta que vimos aparecer por el Naranco a los Regulares», rememoró con emoción el defensor.
Diario La nueva España (18/10/2011)
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